Un estilo de vida para mejorar tu estado de ánimo.

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Algunos simples cambios en tu estilo de vida pueden ayudar a prevenir y hacer frente a la depresión, llegando a conseguir resultados tan útiles como con la psicoterapia o los medicamentos antidepresivos. 


Actividad física.

El ejercicio aeróbico ha demostrado ser útil para la depresión, ya que estimula la liberación de endorfinas. Estas sustancias son capaces de reducir el dolor y crear una sensación de euforia. Además, puede proporcionar un sentido de control y logro, servir como una distracción de las ansiedades y posiblemente conducir a un aumento de los contactos sociales. 

Un análisis publicado en el American Journal of Preventive Medicine, encontró que las personas que hacen ejercicio con regularidad, incluso en niveles bajos (como caminar o jardinería), tienen menos probabilidades de desarrollar depresión. 

Concretamente, las personas sedentarias que comienzan a realizar deporte 3 veces a la semana disminuyen un 20% el riesgo de padecer depresión a los 5 años. 

Es importante considerar la actividad física como una herramienta para prevenir la depresión, ya que cuando se manifiestan sintomas depresivos, estos son una barrera para la actividad, disminuyendo de forma importante la probabilidad de hacer ejercicio. 


Nutrición.

Existen alimentos capaces de mejorar el estado de ánimo en algunas personas. Fundamentalmente una dieta mediterránea modificada rica en granos enteros, verduras, frutas, legumbres, productos lácteos sin azúcarr, nueces, pescado, carnes magras y aceite de oliva; reduciendo el consumo de los granos refinados, dulces, fritos o comidas rápidas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y con un consumo de alcohol moderado. 

Algunas evidencias sugieren que una dieta rica el alimentos que nos aporten triptofano, como el pavo y la harina de avena, es capaz de aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, mejorando el estado de ánimo. 

La dieta puede influir en la enfermedad depresiva al afectar las vías de estrés inflamatorio y oxidativo, la plasticidad cerebral y posiblemente la microbiota intestinal. Además, una intervención sobre hábitos relacionados con la nutrición, también es beneficiosa para generar cambios en patrones de comportamiento asociados con los alimentos. como cocinar, comprar o comer.

Por último, recuerda que aunque los resultados de estos estudios son prometedores, no se sabe si los efectos de la dieta sobre la depresión persistirán con el tiempo. En cualquier caso, ninguna dieta es un sustituto de los medicamentos antidepresivos si se ha recetado uno.