La revista BMC Medicine publicó recientemente los resultados de un ensayo clínico sobre la influencia de una determinada dieta en personas con depresión y ansiedad, llegando a interesantes conclusiones.
Varios trabajos anteriores han intentado responder a la pregunta sobre si una determinada dieta puede llegar a mejorar nuestro estado mental independientemente de la educación, estado socioeconómico y otros factores exógenos.
El ultimo estudio al que nos referimos se realizó con personas que tenían depresión moderada a severa y cuya dieta no era muy rica en determinados nutrientes, dividiéndolas en 2 grupos al azar:
- Un grupo de dieta que recibió orientación nutricional personalizada para poder seguir una dieta mediterránea modificada. Se indicaba a las personas de este grupo que aumentaran la cantidad de granos enteros, verduras, frutas, legumbres, lácteos bajos en grasa y azúcar, nueces, pescados, carnes magras y aceite de oliva. Reduciendo el consumo de productos azucarados y el alcohol.
- Un segundo grupo de apoyo social (control), que no siguió este tipo de modificaciones en su dieta y solo obtuvo orientación sobre temas como el deporte y actividades de ocio.
Durante 12 semanas el grupo de dieta tuvo una mayor reducción en síntomas de depresión y ansiedad que el de apoyo social, incluso tomando en cuenta variables como la perdida de peso (que también fue mayor en el primero de los grupos).
Incluso el 32% de las personas pertenecientes al grupo de la dieta logró una remisión de la depresión, frente al 8% del grupo control.
Dentro de este nuevo campo de la psiquiatría nutricional se puede afirmar que la dieta llega a influir en la enfermedad depresiva al afectar las vías de estrés inflamatorias y oxidativas, la plasticidad cerebral y posiblemente la flora intestinal. No hay que olvidar tampoco que los cambios de comportamiento asociados a la alimentación (cocina, compras, patrones de comida) también tienen un beneficio terapéutico.
Por último debemos recordar que a pesar de estos buenos e interesantes resultados, ninguna dieta debe ser sustituto de la medicación prescrita por nuestro médico.