Si estás embarazada: ¿qué debes saber sobre el coronavirus?


Una de las mayores preocupaciones sobre COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus 2019 , es cómo la infección afecta a las mujeres embarazadas y a sus hijos no nacidos. 

Aunque la evidencia científica es todavía extremadamente limitada, las primeras investigaciones sugieren que el virus no se puede transmitir en el útero.

Un estudio realizado en el departamento de medicina preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, examinó a 9 mujeres embarazadas en China que fueron diagnosticadas con COVID-19 y dieron a luz por cesárea.

Se analizó el líquido amniótico, la sangre del cordón umbilical, el hisopo de la garganta del bebé y la leche materna, y no se encontró ninguna evidencia de que el virus pudiera pasar de mamá a bebé en el útero o a través de una cesárea.

El recién nacido que recientemente dio positivo en Inglaterra momentos después de nacer no refuta estos hallazgos, ya que no existe información sobre qué tipo de medidas preventivas se tomaron durante el parto o qué muestras fueron analizadas por los equipos médicos. No está claro cómo el bebé contrajo el virus.

A pesar de que el virus no parece transmitirse verticalmente, es decir desde la madre al bebé, un análisis en 10 recién nacidos de madres con COVID-19 encontró que la infección sí parece tener un efecto adverso en los recién nacidos, incluyendo dificultad respiratoria, trombocitopenia (un recuento bajo de plaquetas en la sangre) y función hepática anormal.

Debido a esto, los expertos en salud están de acuerdo en que necesitamos más datos para evaluar completamente el riesgo de los recién nacidos de contraer el virus.

Parto vaginal o cesárea.

Desgraciadamente aún es pronto para poder asegurar si es mejor la cesárea o el parto vaginal. En el estudio mencionado anteriormente todas las mujeres dieron a luz por cesárea, y no se evaluó el riesgo relacionado con los partos vaginales.

Aunque todavía es pronto para recomendar un método sobre otro, existe la preocupación sobre el hecho de que las cesáreas requieren un mayor periodo de hospitalización y si aumenta la estancia hospitalaria, probablemente aumentará el riesgo de contraer coronavirus en el hospital, ya que todos los que ingresen estarán gravemente enfermos.

¿Qué complicaciones pueden aparecer? 

Aunque las mujeres embarazadas se consideran un grupo de riesgo, en este momento no parece que tengan un mayor riesgo de complicaciones si desarrollan COVID-19. No obstante, existen algunos aspectos que hay que tener muy en cuenta.

Una tendencia observada en mujeres embarazadas con COVID-19 es el parto prematuro. En promedio, dan a luz alrededor de la semanas 36, es decir 4 semanas antes de la fecha de parto.

En casos más graves, COVID-19 puede causar neumonía, lo cual es una preocupación para las mujeres embarazadas porque ya su capacidad pulmonar ya está ligeramente disminuida. Consecuentemente, si una mujer embarazada experimenta una oxigenación severamente pobre, el niño puede verse privado de oxígeno, lo que puede ponerlo en un mayor riesgo de problemas de desarrollo.

Otra preocupación es que COVID-19 a menudo causa fiebre, ya que se sabe que la temperatura corporal elevada durante el primer trimestre de embarazo se asocia con anomalías en el desarrollo fetal. En el tercer trimestre, una temperatura corporal alta puede conducir a la deshidratación, lo que puede desencadenar un parto prematuro.

El sistema inmunitario de una embarazada cambia después de la concepción para que el cuerpo no rechace al feto. Debido a este cambio, la inmunidad de las mujeres embarazadas se ve ligeramente disminuida, lo que haría suponer que esto pone a estas personas en un mayor riesgo de infecciones virales, pero los expertos han informado que las mujeres embarazadas no parecen estar más enfermas por COVID-19 que las mujeres no embarazadas de la misma edad.

¿Qué pasa después de dar a luz? 

Cualquier persona diagnosticada con COVID-19, incluida la madre, deberá aislarse del recién nacido hasta que se recupere para evitar transmitir el virus al bebé.

Se recomienda a las nuevas mamás con COVID-19 que continúen proporcionando leche materna, pero como el contacto directo es una vía de transmisión del virus confirmada, es posible que estas nuevas madres necesiten usar equipo de protección, como máscaras, batas o guantes, o alimentar con leche materna al recién nacido con biberón.

¿Qué pasos se deben seguir?

Las mujeres embarazadas deben mantener una buena línea de comunicación con su ginecólogo y preguntar si se pueden espaciar o realizar citas de forma remota para reducir el riesgo de exposición al virus del SARS-CoV-2.

Si una mujer embarazada tiene una exposición conocida a alguien que está enfermo o tiene algún síntoma, es crucial llamar a su médico lo antes posible.

Lavarse las manos, distanciarse socialmente y mantenerse alejado de cualquier persona enferma puede reducir el riesgo de estar expuesto al virus.

Se recomienda que los patos tengan lugar en un hospital, ya que así se puede garantizar que tanto la madre como el bebé sean monitorizados para asegurarse de que el bebé no desarrolle síntomas o se enferme. Esto no se puede hacer en el hogar de forma adecuada.

En resumen: es esperanzador saber que actualmente los expertos en salud dicen que con los datos obtenidos hasta el momento, el impacto del COVID-19 en el embarazo es limitado, ya que el virus no parece extenderse a través del útero. Todos los recién nacidos, con la excepción de un recién nacido en Inglaterra, han resultado negativos para COVID-19.

Además las mujeres embarazadas no parecen estar más enfermas que las mujeres no embarazadas de la misma edad. Aún así, es crucial seguir las actualizaciones de las noticias basadas en la evidencia científica que vayan apareciendo, pues todavía estamos en un terreno bastante desconocido.