El conjunto de vasos y ganglios que forman el sistema linfático, se encargan de recoger los productos tóxicos y de deshecho de nuestros tejidos para transportarlos al hígado y riñón encargados de eliminarnos de nuestro organismo. Vamos a conocer como ayudar a este complejo mecanismo de drenaje con técnicas de automasaje.
Nuestro sistema linfático está distribuido por todo el cuerpo, así que, un deficiente funcionamiento provocará una retención de líquidos y sustancias tóxicas en determinadas zonas. Generalmente son las piernas y brazos las partes más afectadas por esta retención, pero también puede incluir otras zonas como el abdomen, la cara y el cuello.
En este último caso, de la cara y el cuello, existen determinados factores que favorecen un deficiente drenaje, como son el descanso insuficiente, el sedentarismo, padecer de una mala circulación venosa, así como una incorrecta alimentación que incluya productos con exceso de sal, entre otros.
Un método fácil, sencillo y casero de ayudar a nuestro sistema linfático en su función de drenaje de la linfa, es el denominado "drenaje linfático facial", que debemos realizar siguiendo una serie de pautas:
- La duración de una sesión será aproximadamente de 15 minutos, para toda la cara.
- Los movimientos de los dedos serán suaves y lentos, favoreciendo la circulación linfática hacia nuestras venas
- Comenzamos con un lavado de la superficie facial con agua y en caso de ser necesario la sujeción del pelo, para que no moleste durante la sesión de drenaje.
- A partir de este momento comenzaremos el drenaje linfático por zonas:
- Frente: Colocando los dedos anular, mediano e índice de cada mano, en el centro de la frente y realizando un movimiento lento de estos hacia las sienes.
- Párpados superiores: con el dedo mediano en la zona interna del párpado (la más próxima a la nariz), realizamos un movimiento suave recorriendo la superficie del párpado hasta la sien.
- Párpados inferiores y Bolsas de los ojos: en esta ocasión, con el dedo índice realizamos la misma maniobra que en el caso anterior, recorriendo suavemente la zona, desde la nariz hasta la sien.
- Nariz y boca: colocando nuestros dedos a ambos lados de la nariz los deslizaremos hasta la base de las orejas. En el caso de la boca partiremos desde la zona media del labio superior hasta la base de las orejas.
- Cuello: pondremos los dedos en la zona inferior de la mandíbula y realizamos un recorrido suave descendente hasta las clavículas.
En cada zona realizamos el masaje indicado de 3-5 veces.
Una vez finalizada la sesión completa, volvemos a lavar la cara con agua fría y aplicamos un tónico facial o serum antiedad. A los 3 días podemos volver a realizar una nueva sesión, pudiendo alternar esta técnica con la tonificación facial con hielo en los días intermedios.