La forma en que pisas mientras realizas alguna actividad física, incluido al andar, tiene una importante repercusión en músculos, huesos y articulaciones de todo tu cuerpo. Conocer los puntos débiles de tus pies, aplicando las medidas correctoras oportunas, te ayuda a prevenir un gran número de lesiones.
Este análisis específico de tu pisada o "estudio biomécanico de la pisada" debe ser realizado por un podólogo, analizando los movimientos de tus pies, detectando las zonas de máxima presión plantares que serán las más susceptibles de sufrir determinadas lesiones y también valorará la repercusión funcional que tiene tu pisada en el reto del aparato locomotor.
Las fases que deben formar parte de este tipo de estudio, son:
1.- Anamnesis.
Mediante preguntas se irán recogiendo datos médicos importantes que puedan tener relación con una mala pisada, así como enfermedades previas. También se recogen datos sobre las actividades físicas que realizas, el tipo de calzado que usas, antecedentes de lesiones anteriores. Junto a todo ello también es importante tu peso, talla e índice de masa corporal.
2.- Exploración en camilla y podoscopio.
Consiste en una exploración manual desde la espalda bajando por caderas, rodillas, tobillos, hasta llegar a los pies. También se valora la posible existencia de una diferencia de longitud de las piernas. En una segunda fase de esta exploración y mediante un podoscopio se realizan una serie pruebas biomecánicas para observar la lineación existente entre piernas y pies.
3.- Estudio de presiones plantares.
A través de unas plataformas con sensores de presión, se analizan las zonas de presión en las plantas de tus pies, así como la progresión de tu pisada. Se observa si existe alguna desviación en relación con la normalidad.
4.- Análisis de la marcha.
Mediante cámaras de alta velocidad y un software se miden los ángulos de tus piernas y pies respecto al suelo. durante todos los momentos de la marcha.
Con toda la información recogida a lo largo de todo este estudio, se emitirá un diagnóstico consistente en un informe donde se describa el tipo de pie (pronador, supinador o neutro), la necesidad de utilizar plantillas personalizadas, realizar determinado tipo de ejercicios de rehabilitación, indicándote también el tipo de calzado más adecuado para tus pies y los cuidados específicos que les debas aplicar.