Cómo tener la mejor piel a partir de los 40 años

 




Principalmente, la atención temprana con tratamientos tópicos es la primera línea de defensa a la hora de hacer frente al natural proceso de envejecimiento de la piel que todas las personas experimentamos.



La mayor parte del envejecimiento está influenciado por factores genéticos y ambientales (exposición al sol, alimentación, cambios hormonales, tabaco, alcohol etc.), que van provocando de forma progresiva cambios  estructurales en la piel, destacando:


  • Disminución de la elasticidad de la piel

  • Pigmentación más oscura

  • Tamaño de poro

  • Líneas finas pronunciadas

  • Adelgazamiento general del músculo y la grasa de la cara.



La mayoría de las personas comienzan a notar una primera fase de este envejecimiento cutáneo entre los 30 y 40 años, cuando el ciclo de vida natural de la piel comienza a ralentizarse,  apareciendo signos como: decoloración, arrugas, flacidez y reducción de la producción de colágeno. Pero es desde los 40-45 años cuando sus manifestaciones empiezan a ser más notables y consecuentemente cuando buscamos soluciones para esta situación.



En un principio la aplicación de retinoides, vitamina C y cremas con factor de protección solar de 50, son los productos más utilizados. 



Pero a  medida que los mismos procesos de envejecimiento de los 40 van evolucionando hacia los 50, la aparición de cambios hormonales que conducen hacia la menopausia pueden amplificar los signos en las mujeres.


Los cambios en los niveles de estrógeno pueden provocar que la piel sea más seca. La pérdida de colágeno puede provocar piel flácida a lo largo de la mandíbula y alrededor de los ojos. Los años de exposición al sol también darán una textura áspera a la piel y manchas solares.


Aunque aumentar el uso de humectantes y tratamientos tópicos (como retinoides o vitamina C) ayudarán a suavizar la piel seca y áspera, es posible que desees añadir otro tipo de tratamientos.


Entre las alternativas a utilizar cuando las manifestaciones de envejecimiento son más aparentes destaca un tratamiento con láser que también se usa para las cicatrices y la pigmentación del acné. Es un gran tratamiento para ayudar a disminuir las líneas finas y las arrugas y renovar la superficie de la piel para obtener un brillo fresco y juvenil. Esta solución  crea una pequeña lesión en la piel, que a su vez puede aumentar la producción de colágeno y elastina, mejorar las cicatrices y las arrugas finas, reducir la hiperpigmentación y rejuvenecer la piel.


Sobre el uso de retinoides hay que advertir que pueden conducir a la aparición de fotosensibilidad, lo que hace imprescindible asociar a su uso un producto con factor de protección solar de 50. Como alternativa a los retinoides podemos recurrir a la vitamina C tópica, ya que combate las arrugas, favorece el crecimiento de colágeno e incluso limpia el daño de los rayos UV. Gracias a su potencia antioxidante también combate la hiperpigmentación, incluidas las cicatrices del acné y las manchas solares.


Con la llegada de los  60, el desarrollo más nuevo y notable es el adelgazamiento de la piel. Los tratamientos tópicos pueden continuar combatiendo las líneas finas y la hiperpigmentación y trabajar para mejorar la firmeza y la textura, generalmente no son suficientes para combatir la flacidez debido a la pérdida de volumen en la cara. Afortunadamente, existen opciones menos invasivas sise busca una mejor solución que la que puede brindar una rutina de cuidado de la piel.


Se aconseja rellenar el tejido debajo de la piel suelta con inyecciones que restauran los contornos que se han perdido, proporcionando algo de 'elevación' al dar soporte a la piel suprayacente.


Junto a las nuevas tecnologías que ha aportado una gran cantidad de procedimientos mínimamente invasivos para combatir los signos del envejecimiento, así como nuevos tratamientos tópicos menos irritantes. 


Además debemos ser conscientes que los daños provocados por la exposición solar no aparecen momentáneamente, sino que lo harán posteriormente, siendo además de carácter acumulativo. Evitar los baños de sol, el uso excesivo de las cabinas de bronceado, protegernos con sombreros y gafas de sol y usar siempre un protector solar de amplio espectro, son las mejores medidas preventivas que podemos tomar para retrasar lo máximo posible el envejecimiento cutáneo.