Cuidar a una persona con Alzheimer durante el brote de COVID-19.


                                                                                   


Cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer durante la pandemia de COVID-19 conlleva desafíos añadidos, especialmente los derivados de las medidas de distanciamiento social impuestas.


Aunque no existe una solución perfecta para nadie en estos días, la mayoría de las asociaciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer recomiendan a los cuidadores planificar la atención de estas personas siguiendo una serie de consejos que faciliten su labor diaria. 


1. Practicar una higiene segura. 


Debido a que las personas con Alzheimer y otros tipos de demencia pueden olvidar lavarse las manos, los cuidadores deben estar durante estos días más atentos a la hora de ayudar a estas personas a practicar una higiene segura según lo recomendado por las autoridades sanitarias. 


Se puede establecer un cronograma para lavarse las manos regularmente o bien hacer señales en el baño o en el fregadero de la cocina para recordarles que se laven las manos durante 20 segundos.


Sabemos que la repetición física suele ayudar a fomentar cambios de comportamiento en personas con demencia moderada, modelando así una higiene correcta; pero si la persona dependiente no abandona el hogar y no está expuesto a otras personas, debemos buscar un punto intermedio para educarlo sobre la higiene y lo que está sucediendo sin necesidad de causar un estrés innecesario, ya que no es capaz de aprender y recordar.


2. Anticipar posibles incidencias. 


A medida que los centros de día para personas dependientes cierran y los servicios sanitarios se vuelven menos disponibles debido a las estrategias de contención de salud pública para la COVID-19, las familias deben anticipar como podrán actuar en caso de que la persona dependiente o el cuidador enfermen.


Es importante comunicarse con familiares, amigos y vecinos para evaluar el potencial apoyo del que se dispone en caso de aparecer un problema de salud. Estas decisiones son mucho más difíciles de tomar en medio de una crisis, siendo preferible anticiparse sin dar por supuesto quien va a colaborar. 


En algunas ocasiones será necesario que la persona con Alzheimer necesite ser puesta en cuarentena. Si esto es imposible debido al grado de demencia o las limitaciones físicas que obliguen a un  contacto regular, se debe limitar al máximo la cantidad de cuidadores que atienden a la persona.


Igualmente es importante limitar en la medida de lo posible la frecuencia de citas médicas que obliguen a la persona dependiente salir de casa. Esta pandemia es extremadamente desafiante para alguien con la enfermedad de Alzheimer, ya que no puede comprender la magnitud de la situación.


3. Hablar con el enfermo sobre la pandemia en términos que pueda comprender.


Es importante mantener la calma y tranquilizar al paciente diciendo algo como:  “Tenemos que quedarnos en casa porque es lo más seguro para nosotros, pero lo haremos juntos. Estaré contigo y estaremos bien".


Aunque es necesario poner a estas personas en un contexto que puedan entender, no hay que darle excesivos detalles,  ya que en muchas ocasiones no serán capaces de comprenderlos. 


En estos casos, los seres queridos y más cercanos al paciente son los que mejor conocen el estado cognitivo y emocional de estas personas. Durante estos días, mantener la calma y tranquilizarlos les evitara reacciones de angustia y ansiedad. En definitiva, hay que valorar la cantidad de detalles que se les den a estas personas en dependencia de su estado mental.


En la personas que padecen enfermedad de Alzheimer en un grado moderado, donde los recuerdos todavía no han desaparecido en su totalidad, se puede recurrir con el fin de contextualizar y explicar la situación actual a acontecimientos vividos por el enfermo y que todavía permanecen en su memoria y de esta manera enmarcar la crisis actual de una forma que puede ser entendida.



4. El cuidado del cuidador.


Todavía no sabemos cuánto tiempo durará esto o qué va a pasar, por lo que los cuidadores familiares deben ser conscientes de su propio nivel de ansiedad y estrés. Esto hace más necesario que nunca buscar la colaboración de familiares y otros seres cercanos para el cuidado del paciente.


Es fundamental que el cuidador racionalice su trabajo y pueda a lo largo del dia encontrar momentos para su propio descanso y la realización de otras actividades diferentes a las profesionales que le ayuden a evitar caer en el agotamiento.

El cuidador de hacer entender a las personas más cercanas del paciente que con su colaboración ayudan a “cuidar al cuidador” beneficiando así a la persona enferma.


Algunos consejos que los expertos dan a los cuidadores para mantenerse en un estado físico y emocional adecuado, son:


  • Presta atención a tu propio nivel de estrés.

  • Participa en actividades de tu hogar con la persona que cuidas, como doblar la ropa o cocinar.

  • Mantente alejado de las redes sociales si le produce ansiedad.

  • Reduce las noticias al mínimo.

  • Utilizar comunicaciones en línea, como Zoom, Hangouts de Google o Skype, y el teléfono para descansar durante el distanciamiento social.

  • Involucra a otros miembros de la familia con su adulto mayor si están dispuestos a sentarse junto a la computadora y escuchar una historia o entablar una conversación o un juego simple.