Alimentos prebióticos y probióticos para la enfermedad inflamatoria intestinal.


Una nueva dieta, denominada IBD-AID, orientada a corregir el equilibrio de las bacterias intestinales con alimentos prebióticos y probióticos, ha demostrado que puede ser útil para las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).

Dentro de la EII se encuentran 2 enfermedades, como son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Las personas que las padecen, a menudo están desorientadas sobre qué alimentos pueden aliviar los síntomas y cuáles pueden empeorarlos.

Según una gran mayoría de investigaciónes médicas, no existe un plan único que definitivamente ofrezca alivio. Pero un estudio reciente sobre una nueva dieta ha demostrado que el 61,3% de las personas que la siguen durante al menos 8 semanas, regieren una significativa reducción en la intensidad de los síntomas de la EII.

Cuando los investigadores evaluaron las muestras fecales de este porcentaje de pacientes que mejoraban siguiendo la dieta, descubrieron que tenían un aumento de bacterias buenas que promueven la remisión y una respuesta favorable del sistema inmunitario.

La dieta se basa en investigaciones que muestran que las personas con EII tienen un desequilibrio de bacterias intestinales. Se cree que esto contribuye a la inflamación. La dieta IBD-AID se fundamenta en los prebióticos y probióticos.

Las personas que siguen la dieta evitan los alimentos que contienen trigo, azúcar refinada, maíz y lactosa, y eliminan las grasas trans. Consumiendo una variedad de frutas y verduras, así como proteínas magras y grasas saludables. La ingesta de grasas saturadas es limitada.

Cuando las personas estan en la fase aguda (brote activo), deben seguir los alimentos de la lista de la fase I de la dieta, que incluye yogurt, carne picada, sopas en puré y batidos. A medida que los síntomas mejoran, pueden integrar alimentos de la lista de la fase II que incluye verduras, y luego agregar elementos en la lista de la fase III que incluye legumbres enteros y mariscos.



Las recomendaciones difieren significativamente cuando se tiene un brote activo en comparación con cuando un paciente está en remisión. Cuando está en un estado agudo, las personas con EII deben evitar los alimentos ricos en fibra, como las verduras crudas, la mayoría de las frutas crudas, los granos enteros y las nueces y semillas. También deben evitar las carnes fibrosas resistentes.

En estos casos más graves, la alimentación se debe centrar en fuentes de proteínas blandas, como pescado, pollo, huevos, tofú, mantequilla de nueces y yogur griego, junto con granos refinados, vegetales pelados y bien cocidos, y ciertas frutas, como el plátano.

Las intolerancias comunes durante los brotes pueden incluir alimentos grasos, alimentos que contienen lactosa, dulces concentrados y cafeína. Los grandes volúmenes de alimentos también son a menudo mal tolerados. Cuando se resuelve la inflamación activa, las personas con EII pueden reintroducir lentamente otros alimentos.

Para la fase de remisión de la enfermedad, no existe una dieta estándar. Dependiendo fundamentalmente de las tolerancias personales de cada persona. Se recomienda, si no existen intolerancias, consumir fibra y granos integrales, ya que proporcionan muchas vitaminas y minerales, como las vitaminas B y el magnesio.

No se recomiendan granos enteros durante los brotes, pero los granos refinados, como el arroz blanco, tienden a ser bien tolerados e incluso pueden ser beneficiosos para las personas con diarrea.

En resumen:  El éxito de la dieta para ayudar con los síntomas de la EII depende del estado de la enfermedad, la gravedad y la forma en que responden a los alimentos. El plan de alimentación debe ser personalizado para el paciente, teniendo muy en cuenta sus intolerancias individuales.