Los pigmentos púrpuras del vino tinto con la ayuda del ácido que contiene pueden manchar tus dientes.
Esta combinación favorece la erosión del esmalte dental, por lo que los dientes se vuelven más porosos, dejando que los pigmentos y los taninos penetren más fácilmente.
Unos simples consejos pueden ayudarte a evitar los “dientes de vino” o “boca de merlot”:
1.- Cepilla tus dientes antes de beber el vino, no inmediatamente después. Al cepillarte antes, eliminas la película de la placa en desarrollo sobre los dientes a la que los pigmentos del vino pueden adherirse.
2.- No te cepilles durante al menos 30 minutos después de beber, ya que el cepillado puede causar un ataque temporal en el esmalte dental que se ha suavizado por la acidez del vino, y esto podría aumentar la capacidad de los pigmentos para penetrar en tu dentadura.
3.- Enjuágate la boca con agua después de beber vino para ayudar a eliminar las partículas manchadas. Comer mientras bebes también ayuda a detener las manchas al actuar como una barrera para los ácidos y al promover el flujo de saliva.