Dos recientes investigaciones han evidenciado como determinadas enfermedades en nuestros ojos pueden afectar de manera importante a la salud del resto del cuerpo, especialmente a los huesos y el cerebro.
Cataratas y salud ósea.
Cataratas y salud ósea.
En un estudio, que comparó durante 6 años las salud ósea de 116.000 personas mayores, de las que la mitad padecían cataratas, se pudo observar que las personas con esta enfermedad ocular tenían el doble de probabilidades de desarrollar osteoporosis, un 30% más de probabilidades de tener una fractura de cadera y un 60% más de probabilidades de tener una fractura vertebral o de otro tipo, en comparación con las personas que no tenían cataratas o habían sido operadas de ellas.
Controlando datos como la edad, la salud general, los medicamentos, el uso de la atención médica y la demografía, los estudios dicen que los problemas visuales causados por las cataratas pueden provocar osteoporosis y caídas al limitar la actividad física y reducir la movilidad y estabilidad postural.
Las personas con cataratas tienen un mayor riesgo de padecer osteoporosis y fracturas en comparación con las personas con ojos sanos, afortunadamente la cirugía de cataratas puede contrarrestar este riesgo excesivo.
Deterioro visual y deterioro cognitivo.
Las personas mayores de 65 a 84 años, con discapacidad visual, tienen un riesgo elevado de deterioro cognitivo, según un estudio realizado en EE. UU. que controlo a 2.520 personas durante 8 años.
El dato de mayor importancia que se encontró en este trabajo fue que las personas con la mayor pérdida de visión también tienen la mayor caída en la cognición.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que "la falta de visión reduce la capacidad de los adultos mayores para participar en actividades que ayudan a mantener su bienestar y conduce a una disminución en la estimulación cerebral que podría convertirse en un factor de riesgo para el deterioro de la función cognitiva".
Los investigadores plantearon la hipótesis de que "la falta de visión reduce la capacidad de los adultos mayores para participar en actividades que ayudan a mantener su bienestar y conduce a una disminución en la estimulación cerebral que podría convertirse en un factor de riesgo para el deterioro de la función cognitiva".
El tratamiento de la discapacidad visual corregible (por ejemplo, con gafas o cirugía) puede ser una estrategia importante para mitigar las disminuciones cognitivas relacionadas con la edad.
Fuentes bibliográficas