Los resultados de una reciente investigación publicada en la revista Emotion relacionan las emociones positivas, especialmente el asombro que sentimos por la belleza de la naturaleza, el arte y la espiritualidad, con niveles más bajos de citoquinas proinflamatorias, que son proteínas que indican al sistema inmunológico que debe trabajar más.
Los investigadores de la Universidad de California en Berkeley preguntaron a más de 200 adultos jóvenes hasta qué punto habían experimentado emociones positivas como temor, compasión, satisfacción, alegría, amor y orgullo. Se tomaron muestras de saliva de los voluntarios el mismo día y se analizaron los niveles de la citoquina interleucina-6, que es una proteína necesaria para llevar las células defensivas al campo de batalla y así luchar contra las infecciones pero que a niveles altos y continuos se relaciona con la diabetes, enfermedades cardiovasculares, artritis, enfermedad de Alzheimer, depresión y otros problemas graves de salud.
Aquellas personas que dijeron haber experimentado emociones más positivas, en particular las que más se asombraron o maravillaron, tenían los niveles más bajos de interleucina-6, lo que demuestra que las emociones positivas están asociadas con los marcadores de buena salud.
Se cree que al indicar al cerebro que produzca moléculas inflamatorias, las citoquinas pueden bloquear hormonas y neurotransmisores clave, como la serotonina y la dopamina, que controlan los estados de ánimo, el apetito, el sueño y la memoria.
Estas investigaciones no han dado respuesta a una de las preguntas claves, las emociones positivas provocan niveles más bajos de citoquinas o viceversa. Serán necesario más estudios para ir descubriéndolo.