Los alimentos saludables son aquellos que por su mecanismo de elaboración o composición tienen efectos beneficiosos para nuestro organismo, pero a menudo cometemos el error de atribuirles mayores cualidades de las que en realidad tienen, a esta situación se le denomina el "efecto halo" de la alimentación saludable.
Este fenómeno psicológico que sucede en muchos aspectos de nuestra vida consiste en atribuir a una persona u objeto un mayor número de cualidades de las que realmente tiene por la información que disponemos de ellos. Nos sucede con personas que acabamos de conocer, personajes famosos y también con determinados alimentos.
En el terreno de la nutrición también se le llama el "efecto sacarina", pues el ejemplo más popular entre nosotros sea el de añadir sacarina al café que tomamos tras una opípara comida o acompañando a un apetitoso dulce, atribuyéndole casi efectos mágicos a la famosa pastilla de sacarina.
El mundo del marketing no es ajeno a este sesgo en nuestro proceso psicológico, añadiéndolo a otros procesos cognitivos que puden acarrear un juicio erróneo sobre determinados alimentos a la hora de comprarlos.
Un estudio realizado en el Journal Marketing Reseach demostró que aquellos alimentos a los que se añadía la palabra "Fitness" en su etiqueta, generaban la creencia de que estos productos eran sustitutivos de la actividad física, lo cual producía dos efectos poco saludables: comer más y realizar menos actividad física, paradójicamente lo contrario de lo que se deseaba.
Otro comportamiento erróneo en nuestra nutrición debido a este fenómeno consiste en añadir en un mismo plato un alimento saludable a otro con características menos beneficiosas (alto en colesterol o azúcar), con la creencia de que las propiedades saludables de uno contrarrestaran al otro.
Otro comportamiento erróneo en nuestra nutrición debido a este fenómeno consiste en añadir en un mismo plato un alimento saludable a otro con características menos beneficiosas (alto en colesterol o azúcar), con la creencia de que las propiedades saludables de uno contrarrestaran al otro.
Podemos decir que para evitar las consecuencias de este efecto halo en la salud debemos ignorar las palabras de moda, los eslóganes y las imágenes que hacen que los alimentos sean más saludables de lo que realmente son. Es preferible fijarnos en la información nutricional que por ley el mismo paquete debe proporcionarnos.