¿Cómo debe ser la actividad física en la edad adulta?


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A partir de los 50 años comienza un progresivo deterioro en la capacidad física de las personas afectando a funciones  tan importantes como la movilidad, fuerza, resistencia y equilibrio, lo que respalda la necesidad de crear una estrategia de actividad física que potencie estas funciones para prevenir, atenuar o retrasar este deterioro funcional.

Recientemente se ha publicado en la revista Journals of Gerontology un estudio de la Universidad de Duke (EEUU) sobre 775 personas de 30 a 100 años, donde se evaluó su capacidad física con diferentes pruebas como sentarse y levantarse de una silla, caminar una determinada distancia, pararse sobre una pierna y otras.

Los resultados indican que el deterioro funcional comienza en la década de los 50 años de edad, afectando en esta primera fase a la posición de las sillas y el equilibrio. En la década de los 60 años afecta a la velocidad de la marcha y la resistencia aeróbica. Destaca que el grupo de edad de 60 a 79 años es donde mayor intensidad toma este deterioro físico.

Además, innumerables estudios han demostrado que las personas que se encuentran en buena forma física a estas edades tienen un menor riesgo de padecer enfermedades crónicas y una mejor calidad de vida. Estar en forma en la mediana edad (30-50 años) pueden tener beneficiosas consecuencias incluso 2-3 décadas después.

Nunca es tarde para introducir es nuestras vidas hábitos que fomenten la movilidad, fuerza, resistencia, equilibrio y capacidad aeróbica, entre estas rutinas destacamos:

1.- Caminar de 30 a 60 minutos al día.
2.- Nadar para potenciar nuestra capacidad aeróbica y los beneficios cardiovasculares que conlleva. La natación es un deporte de bajo impacto para nuestras articulaciones pero que potencia la fuerza muscular.
3.- Ejercicios de fuerza, como hacer flexiones o levantar pesos. Esto nos ayudará a contrarrestar la pérdida de masa muscular y la osteoporosis.
4.- Yoga y otras terapias cuerpo-mente que fomente la elasticidad muscular y el equilibrio.

En general, para que sea realmente efectivo y no llegar a perjudicar nuestro bienestar, el deporte o actividad física que elijamos debe cumplir una serie de requisitos:
  • Debe ser cíclico y repetitivo.
  • De intensidad moderada.
  • De bajo impacto para nuestras articulaciones y columna vertebral.
  • Que contenga aspectos de trabajo tanto cardiovascular como muscular.
  • Que contenga un aprendizaje técnico para fomentar las tareas cognitivas.