Aceite de oliva: ¿hasta dónde llegan sus importantes beneficios para la salud?

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Aunque el aceite de oliva, como todos los aceites vegetales es 100% graso, está catalogado como un alimento saludable, tanto para mejorar los niveles de colesterol, prevenir las enfermedades cardiovasculares o simplemente incluirlo como componente de una alimentación equilibrada y sana.


El aceite de oliva se consume en diferentes zonas del mediterráneo desde la Edad de Bronce, pero fue en 1958 cuando un estudio realizado por 7 países observó que los hombres (el estudio no incluyó a mujeres) cuya dieta era baja en grasas saturadas y alta en grasas insaturadas (gracias al alto consumo de aceite de oliva), tenían mejores niveles de colesterol y menor incidencia de enfermedades del corazón.

Existen otros aceites vegetales como el de girasol, cártamo, canola, entre otros, que también tienen un alto contenido en grasas insaturadas, pero no han podido desbancar al aceite de oliva en su fama de ser el aceite más saludable. Se cree que esto es debido a que este último tipo de aceite además de ser rico en grasas monoinsaturadas tienen compuestos fenólicos que enriquecen sus propiedades.

Un estudio español, del que hemos hablado en otras ocasiones, denominado PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), diseñado para determinar los diferentes componentes de este tipo de alimentación en personas con alto riesgo cardiovascular, ha vinculado la dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva a una variedad de beneficios, que incluyen menor grado de deterioro cognitivo, cáncer de mama y fracturas por osteoporosis.

Actualmente existen diversos estudios centrados en averiguar cual es la verdadera relación entre la composición grasa de la dieta y los niveles de colesterol en sangre. 

Se sabe que los alimentos ricos en grasas poliinsaturadas reducen el colesterol LDL (colesterol malo) cuando reemplazan a los alimentos ricos en grasas saturadas, como la mantequilla. No se ha demostrado que el aceite de oliva tenga un mejor efecto en este campo que el resto de aceites vegetales insaturados, como girasol, maíz o soja.

Sobre los niveles de colesterol HDL (bueno), la mayoría de las investigaciones han encontrado que todos los aceites insaturados en las cantidades habitualmente consumidas, tienen solo un pequeño efecto sobre los niveles de HDL, dependiendo en gran parte de que alimentos reemplazan en la dieta. 

En resumen, se puede decir que el aceite de oliva incluido en una alimentación tipo la dieta mediterránea (rica en frutas, verduras, legumbres, etc) y como sustituto de grasas saturadas como las de origen animal, asociado a una actividad física diaria, tiene importantes beneficios para nuestra salud. 

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