Estrategias caseras para aliviar el dolor de espalda.

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La acumulación de diversos factores como el sobrepeso, la mala postura, la falta de ejercicio que debilita los músculos tanto abdominales como los de la propia espalda y el natural proceso de envejecimiento crean el escenario que puede llevarnos a sufrir un dolor de espalda.


Debemos tener en cuenta que la intensidad de un dolor de espalda no siempre se corresponde con la gravedad del problema subyacente, ya que algunas enfermedades graves pueden producir un simple dolor sordo, mientras que un espasmo muscular puede llegar a producir un dolor insoportable.

Es importante saber que si el dolor de espalda, aunque no sea de alta intensidad se acompaña de cambios en el control del intestino o de la vejiga, disminución de la función sexual o entumecimiento en la región genital, o dolor, entumecimiento u hormigueo que se irradia hacia las extremidades, o jun to al dolor aparece fiebre o vómitos, deberemos recibir atención médica.

Mientras todo lo anterior no suceda podemos elaborar una estrategia para ayudar a aliviar el malestar y mantener a raya el dolor de espalda.

  1. Descansar siempre que sea necesario: ya que cuando se produce un ataque agudo de dolor de espalda los músculos se contraen fuertemente (contractura), que en realidad es un mecanismo de defensa para evitar más daños. Cuando se producen estos espasmos musculares lo más indicado es acostarse y reposar un rato para reducir la presión en las zonas afectadas. Algunas personas encuentran que cuando se acuestan de un lado con las piernas dobladas y una almohada entre las rodillas proporciona un buen alivio.
  2. Combinar el calor con el frío: generalmente es mejor usar hielo durante las primeras 48 horas después de una lesión aguda. Después de este periodo la combinación de calor y hielo alternativamente pueden ayudar. Para aplicarlo podemos usar bolsas, almohadillas, botellas o alternar baños con agua caliente y fría. 
  3. Comenzar a moverse lo antes posible: el reposo en cama a corto plazo está bien (y a menudo es inevitable), pero numerosos estudios han demostrado que el reposo en cama suele empeorar las cosas. Cuando el dolor no nos mantenga inmovilizado deberemos ser lo más activos posible, ajustando nuestra actividad a nuestros síntomas. Generalmente después de 1-2 días podremos comenzar a realizar alguna caminata.
  4. Elegir ejercicio de fortalecimiento: caminar, andar, realizar estiramientos, yoga suave pueden ayudar  a aliviar el dolor y una vez que este se encuentre bajo control debemos elaborar un programa de ejercicios que se centre en fortalecer la musculatura abdominal como de la propia espalda.
  5. Terapia acuática: el agua nos ofrece una resistencia natural cuando nos movemos dentro de ella. Realizar ejercicios con una técnica correcta contra esta resistencia desarrolla suavemente la fuerza muscular en la espalda, abdomen y caderas ayudándonos a estabilizar  nuestra postura y apoyar la espalda baja. La flotabilidad del agua también minimiza la presión sobre la columna vertebral.
Si debemos recurrir a un medicamento analgésico de venta libre para superar la peor fase del ataque de dolor de espalda hasta que podamos volver a nuestras actividades normales, como son la aspirina, ibuprofeno, naproxeno, etc. debemos decir que el acetaminofén tiene un menor riesgo de efectos secundarios en comparación con los demás y cuando no este combinado con alcohol.