La apnea del sueño es un trastorno en el cual la vía aérea se obstruye de forma parcial o total provocando interrupciones en la respiración hasta que la persona afectada por este desorden se despierta abruptamente.
La apnea del sueño afecta a la fase más reparadora de nuestro descanso, denominada REM (movimiento rápido de los ojos) y aunque al día siguiente es posible que no se recuerde nada, es posible que debido a la adecuada falta de descanso se sienta somnolencia durante el día, irritabilidad o dificultad para concentrarse. Las personas con apnea del sueño tienen 7 veces más probabilidad de sufrir un accidente de tráfico.
¿Qué causa la apnea del sueño?
Podemos distinguir 2 tipos:
- Apnea central: sucede cuando el cerebro no envía de forma correcta señales adecuadas a los músculos que participan en la respiración. Es la forma menos frecuente.
- Apnea obstructiva: la lengua y otros tejidos blandos caen hacia atrás colapsando parcial o totalmente la vía aérea.
¿Quién tiene más riesgo de padecerlo?
Las personas obesas y mayores de 40 años tienen un mayor riesgo de padecer apnea obstructiva, ya que la musculatura de la parte posterior de la garganta se relaja con la edad y el aumento de peso.
Las personas con determinadas características anatómicas como tener una gran circunferencia del cuello, una lengua grasa, congestión nasal o un tabique desviado.
Es más frecuente en los hombres, pero el riesgo en las mujeres aumenta de forma importante con la menopausia.
Determinados hábitos como beber alcohol, fumar, tomar sedantes o cenar copiosamente, también aumentan el riesgo de apnea del sueño.
¿Qué podemos hacer?
Es importante en el caso de que una persona sufra de apnea o los miembros de su familia se dan cuenta de que la padece, ponerlo en conocimiento de su médico, especialmente si tiene sobrepeso o la tensión arterial alta.
La apnea puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, accidente cerebrovascular, arritmias cardíacas y otros trastornos cardiovasculares y metabólicos.
La mejor forma de comenzar a solucionar este problema es tomando medidas que lo prevengan, como:
- Perder peso: es la medida que más beneficio puede aportar. Incluso perdidas del 10% deberían ayudar.
- Reducir el consumo de alcohol, sedantes, preferiblemente dejar de fumar y renunciar a cenas demasiado copiosas y cercanas a la hora de irse a dormir.
- Colocar una almohada de cuña, que eleve la cabeza entre 2-4 cm.
- Evitar dormir apoyados sobre la espalda, esto ayuda a que la lengua no caiga hacia atrás y obstruya las vías respiratorias. Es mejor dormir de lado ayudados con una almohada contra la espalda que ayude a mantener esta posición mientras se duerme.
Desde el punto de vista médico existen diferentes soluciones, fundamentalmente de tipo mecánico, entre las que destaca las mascarillas CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias). Son dispositivos eficaces para mantener abierta la garganta y que en los últimos años han mejorado en calidad.
Existen numerosos fármacos que proporcionan mejoría de forma temporal, pero no existe evidencia científica para recomendarlos todavía.
La cirugía debe considerarse solo como última solución y estaría dirigida a corregir determinadas anomalías anatómicas causantes de la apnea del sueño.