Diferentes grupos de investigación han ido demostrando la asociación existente entre una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y determinados tipos de cáncer con la presencia en nuestra alimentación de fitoestrógenos, fundamentalmente el pinorenisol y acetoxipinoresinol, presentes en los aceites de oliva virgen.
La propiedad fundamental de estas sustancias es su similitud con los estrógenos humanos, que tienen un importante papel tanto en el desarrollo como en la progresión del cáncer. Debido a este papel de moduladores hormonales se han ido realizando estudios en modelos experimentales tanto con células de cáncer de mama muy agresivas y metastásicas junto con otros modelos de células menos agresivas y por último con células de mama normales, con el fin de estudiar los efectos de los fitoestrógenos en estas situaciones.
Los resultados indican que concretamente el pinoresinol actúa sobre las células normales protegiendo su ADN de posibles daños, gracias a su efecto antioxidante. En el caso de las células tumorales puede llegar a incluso a provocar su muerte debido a sus efectos citotóxicos, antiproliferativos y prooxidantes. Se aprecia que este efecto lo realiza tanto en células tumorales muy agresivas (metastásicas) como en las menos agresivas.
Junto con estas acciones al pinoresinol y acetoxipinoresinol se les atribuye también capacidades antifúngicas (destruyen hongos), antiinflamatorias, hipoglucemiantes (disminuyen los niveles de glucosa en sangre) y protectoras del sistema nervioso.
Con todo esto, es importante destacar que las dietas ricas en alimentos de origen vegetal, con alto contenido en fitoestrógenos, como el caso de la dieta mediterránea, son una herramienta de prevención muy importante en diferentes enfermedades incluidas algunos tipos de cáncer. sin olvidar determinados trastornos como los asociados a la menopausia.