Tendinitis distal del biceps.


Un tendón es una tira de tejido conjuntivo encargado de transmitir las contracciones musculares a los huesos donde se insertan para que estos se muevan. El músculo biceps braquial se haya en la parte superior de los brazos y sus tendones lo conectan  con los huesos tanto del hombro como del codo.


El músculo biceps braquial (de los brazos) tiene dos cuerpos musculares, que se unen antes de llegar al codo, en un único tendón, el cual atraviesa de forma oblicua esta articulación para acabar insertándose en la cabeza del hueso radio, permitiendo de esta forma la flexión de los codos.

En determinadas actividades físicas, un trabajo excesivo del músculo biceps y por tanto de su tendón más distal va a provocar su lesión, que generalmente se manifestara con un proceso inflamatorio del tendón, denominado tendinitis. Las situaciones que pueden causar este proceso son:

- Levantar demasiado peso.

-No levantar excesivo peso, pero mantenerlo sostenidamente en el tiempo, especialmente si se acompaña de movimientos repetitivos.

- Los movimientos repetitivos de prono-supinación forzada, consistentes en rotaciones del antebrazo poniendo la palma de la mano hacia arriba y hacia abajo de forma alternativa y bruscamente. 

En estas situaciones aparece dolor en la parte anterior del codo, que de forma característica se agrava cuando intentamos flexionar esta articulación. También se nota debilidad en el brazo y en ocasiones se puede notar un chasquido o sonido de roce al doblar el codo.

Aunque no son muy frecuentes, puede llegar a existir roturas parciales o totales del tendón, en las que obviamente los síntomas antes reseñados tendrán una mayor intensidad.

El tratamiento inicial de esta lesión será el reposo del codo, evitándose la flexión de este y la prono-supinación del antebrazo, hielo 2-3 veces al día y la toma de antiinflamatorios durante 1-4 semanas, según la gravedad.

Junto con esto, los tratamientos de fisioterapia, TENS, termoterapia, iontoforesis y terapias minimamente invasivas como las infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento o con corticoides, van a complementar la resolución de esta situación.

En los deportistas que sufren esta lesión, una vez pasada esta primera fase de tratamiento, fase de tratamiento, el periodo de reentrada a la actividad física es especialmente delicado para evitar recaídas, debiendo controlar de forma personalizada su evolución para ir incrementando progresivamente su actividad, combinándola con otros ejercicios o deportes menos traumáticos y evitando los episodios de dolor excesivo.

En los casos en que después de al menos 6 meses no se ha conseguido una respuesta óptima con estos tratamientos no invasivos, se suele recurrir al tratamiento quirúrgico, el cual variara según el problema de fondo que haya llevado a esa situación, influyendo además en estos casos la edad del paciente.