Helicobacter pylori y úlceras pépticas.

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Helicobacter pylori


Una úlcera péptica es una llaga o pequeña erosión en la mucosa de revestimiento bien del estómago (úlcera gástrica) o del duodeno (úlcera duodenal); siendo la bacteria Helicobacter pylori una de las principales causantes de estas lesiones digestivas.



Frente a lo que tradicionalmente se creía, las comidas picantes o el estrés, no son los causantes de las úlceras pépticas, aunque ambas junto con el tabaco y las bebidas alcohólicas pueden agravar de forma importante los síntomas.



El causante de la mitad de las úlceras pépticas en todo el mundo es la bacteria denominada helicobacter pylori, que se encuentra en aproximadamente dos tercios de la población mundial, por lo que se deduce que un número importante de personas que la portan, no van a desarrollar úlcera, sin que se conozcan actualmente la explicación concreta de esto.




Aunque tampoco están seguros, los científicos creen que esta bacteria se propaga a través de alimentos y agua contaminada, sin descartarse que exista también la propagación de persona a persona a través de saliva, vómito o material fecal.

Los síntomas principales de la úlcera péptica son un dolor sordo o ardiente en la zona entre el ombligo y el esternón (epigastrio). Este dolor se presenta de forma característica cuando el estomago está vacío, entre comidas y por la noche, aliviándose durante unos minutos cuando se toma algún alimento.

Otros síntomas que pueden acompañar a la úlceras son la perdida de apetito y de peso, las nauseas y vómitos o la sensación de hinchazón en la zona.

Para diagnosticar la presencia de H. pylori, existen determinadas pruebas tanto invasivas como no. Dentro de estas últimas destaca la determinación de la bacteria a través del aliento.

Se denomina la prueba del aliento con urea, ya que el paciente toma una capsula o líquido que contiene urea marcada con carbono. A los pocos minutos debe respirar dentro de un recipiente. Como la bacteria contiene una enzima denominada ureasa, capaz de descomponer la urea en dióxido de carbono y amoniaco, la presencia del carbono ingerido anteriormente en el aire espirado, indicará la presencia de la bacteria en el sistema digestivo.



La importancia de la detección del H. pylori en una persona afectada por una úlcera péptica, radica en que al tratamiento de protección de la mucosa digestiva, generalmente con medicamentos que disminuyan la secreción de ácido por parte del estomago, se deberá asociar un tratamiento antibiótico que cura entre el 80-90 % de la ulceras causadas por H. pylori, aunque conseguir eliminar la bacteria suele ser más complicado.