En los primeros 6 meses de vida, el 75% de nuestra masa corporal es agua, aunque posteriormente esta cifra va disminuyendo progresivamente hasta aproximarse al 60%, existen diversas circunstancias como, la fiebre, vómitos, diarreas o la excesiva sudoración, que requieren de una correcta reposición de las pérdidas que se hayan producido para que la salud del lactante no se vea afectada.
Existen determinados factores a tener en cuenta en esta época tan temprana de la vida:
- Los riñones, tanto en adultos como en niños, son los principales órganos encargados de regular el metabolismo del agua y de los electrolitos, pero estos órganos no alcanzan su madurez hasta los 2 años de edad y la capacidad de concentrar o diluir la orina es menor.
- Las perdidas de agua a través de la piel, son mayores en los niños que en las personas adultas.
- Los niños presentan una mayor necesidad de agua con respecto a su masa corporal, debido sobretodo a esta mayor pérdida a través de la piel (pérdidas cutáneas).
Por todo esto, se debe estar siempre atento a determinadas señales de alarma que pueden indicar que la hidratación del bebé no es la correcta, sobretodo si esta padeciendo fiebre, vómitos o diarreas. Nos debemos fijar en:
- El bebe mancha menos de 6 pañales al día u orina menos cantidad de lo habitual.
- Tiene la mucosa de la boca seca o bebe más agua de lo normal en él.
- Presenta algún tipo de alteración en el comportamiento, tanto por presentarse agitado como excesivamente cansado.
La gran duda que suele surgir, es ante que señales de alarma debemos acudir al médico con el bebe, pues puede presentar una importante deshidratación:
- Si tiene fiebre:
. Con 3 meses o menos, si la temperatura rectal es de 38ºC o más.
. A cualquier edad, si tiene 40ºC o más.
. En niños menores de 2 años, si la fiebre dura más de 24 horas. En los mayores de 2 años, su dura más de 3 días.
. Si durante el proceso febril ha presentado convulsiones.
- En los menores de 2 años, si vómita (no escupe) todo lo que come, incluida el agua.
- Si hace más de 6 horas que no orina o lo hace de forma escasa y con una orina oscura y de olor fuerte.
- Tiene la piel seca, arrugada, palida, los ojos hundidos, los labios agrietados o la boca muy seca y pegajosa.
- Presenta importante cambios en el comportamiento, estando muy irritado y sin haber forma de calmarlo. Tambiñén si observamos que está anormalmente somnoliento.
Si nos encontramos en una situación de deshidratación ligera, ya que no presenta ningún signo de alarma anteriormente descrito, lo que podemos hacer es:
- Llevar la cuenta de la cantidad de líquido que bebe el niño y la frecuencia con que orina.
- Darle biberón o pecho en menor cantidad pero más frecuentemente.
- Evitar las bebidas con electrolitos (para deportistas), ya que pueden agravar el cuadro.
- Evitar también en los niños más mayores los caldos, zumos, te y otros. Es preferible dar agua.
- No usar sin prescripción médica medicamentos contra los vómitos y diarreas.