Sensibilidad química múltiple.


Determinadas personas manifiestan una gran variedad de síntomas en su sistema nervioso, aparato digestivo y respiratorio junto con alteraciones hormonales y otros, cuando se ven expuestas a sustancias en concentraciones menores de las que se consideran son capaces de provocar reacciones alérgicas en la población general.


Aunque la OMS (Organización Mundial de la Salud) todavía no la reconoce como una enfermedad con entidad propia, a medida que se avanza en su conocimiento, predominan los estudios que la separan de tener un origen psicológico y aumentan los trabajos que la asocian a un origen tóxico.

Se trata de un proceso de evolución progresiva, que afecta fundamentalmente a las mujeres de mediana edad, asociándose a intolerancias alimentarias, farmacológicas y de otro tipo. En muchos casos se ve acompañada del síndrome de fatiga crónico.

Se trata de una reacción exagerada (hipersensibilidad) del organismo antes pequeñas dosis de sustancias que en mayor cantidad son capaces de generar una respuesta inmunitaria en las personas. Estas sustancias son muy variadas, ya que va desde perfumes, pinturas, barnices, productos de limpieza domésticos y alimentos como el maiz, gluten, glutamato, soja o caseína.

Ante cualquiera de estas sustancias, determinadas personas pasan de encontrarse bien a manifestar diferentes síntomas (manifestaciones subjetivas de la enfermedad) como una gran aversión al olor de la sustancia desencadenante, junto con múltiples signos clínicos (manifestaciones objetivas de la enfermedad) tan variados como ronquera, eritemas, taquicardia y otras arritmias, descoordinación motora, incluyendo trastornos del habla y alteraciones endocrinas.

Si bien no existe una evidencia cientifica sobre la capacidad de un determinado fármaco para tratar los síntomas de la SQM, si que algunos son utilizadas para hacer frente a determinados síntomas, como:

- Coenzima Q10: para la fatiga, cansancio y debilidad, pues existe la sospecha que estos síntomas se deben a daños por procesos oxidativos.

- Vitamina B1: produce una mejoría generalizada de los síntomas, creyendo que se debe a su efecto estimulante sobre el sistema nervioso simpático.

- Hierro, calcio y vitamina D, en caso de que exista carencia de están sustancias.

- Otros tratamientos que se hayan en estudio don la nistatina y las inmunoglobulinas.