Pterigión y pinguécula: lesiones por el efecto de los rayos ultravioletas en nuestros ojos.


Entre las lesiones más frecuentes, y afortunadamente benignas, que pueden aparecer en nuestros ojos debido a la acción de los rayos ultravioletas (UVB), se encuentran el pterigión y su variante menor la pinguécula.

Ambas lesiones son tumores benignos que tienen su origen en la conjuntiva,una delgada capa que recubre la zona blanca de los ojos (esclera) y el interior de los párpados. 

El pterigión se presenta como una fina tela que de forma triangular que va creciendo desde la conjuntiva hacia la córnea.  La pinguécula tiene el aspecto de un pequeño abultamiento blanco-amarillento, similar a un quiste de grasa, en la zona de la conjuntiva.

Ambas lesiones se presentan en personas que se someten de forma intensa a la acción de los rayos ultravioletas, fundamentalmente a la acción del sol en las horas del día de mayor irradiación o en determinados deportes como el surf o los esquiadores. También su frecuencia aumenta en determinadas profesiones, generalmente por desarrollarse al aire libre, como agricultores, pescadores o en la construcción.



Aunque son lesiones indoloras, su crecimiento puede causar irritación y sensación de cuerpo extraño en los ojos. El pterigión puede causar mayores problemas dado su crecimiento hacia la cornea, llegando a desarrollar visión borrosa por interponerse entre la retina y el campo visual o astigmatismo por deformar la cornea y hacerle perder su forma esférica.

La correcta protección de nuestros ojos con unas gafas de sol e incluso con sombrero junto con la lubricación del ojo mediante colirio de lágrima artificial, sobretodo estamos dentro del grupo de personas con los riesgos relatados anteriormente, son las mejores medidas preventivas.


Actualmente el tratamiento quirúrgico se reserva para los casos en que el crecimiento de estos tumores benignos provoque importantes defectos estéticos o si aparecen las complicaciones visuales de visión borrosa y astigmatismo. Es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, que se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria. Es importante una extirpación completa de las lesiones y la reconstrucción completa de la conjuntiva, que actualmente se puede realizar con pegamentos biológicos, con el fin de reducir al máximo la posibilidad de que estas lesiones vuelva a aparecer (recidivas).