Aunque la mayoría de las personas creemos que nuestra casa es un lugar donde el riesgo de sufrir una lesión en los ojos es pequeño, la realidad nos indica que aproximadamente la mitad de las lesiones oculares ocurren dentro de nuestro hogar, incrementándose año tras año este dato estadístico.
Los estudios hechos al respecto nos indican que son muchos los riesgos a los que estamos sometidos dentro del hogar, pudiendo dividirlos según las estancias en que nos encontremos:
- Los productos y sustancias químicas que usamos para la limpieza y mantenimiento, como los limpiadores de hornos, quitagrasas, blanqueadores y demás productos de limpieza.
- A la hora de preparar las comidas, tenemos el riesgo de las salpicaduras de aceite o grasas calientes.
- Cuando realizamos tareas de bricolaje, la perforación de paredes con taladros sin la correcta protección ocular nos hace correr el riesgo de sufrir el impacto en nuestros ojos de pequeñas partículas de cemento o ladrillo, llegando incluso a provocar ulceras en la cornea.
- Las alfombras y objetos sueltos en el suelo pueden provocar caídas que en ocasiones afectan a los ojos.
- Determinados objetos calientes como planchas y rizadores de pelo pueden llegar a contactar con nuestros ojos, provocando lesiones importantes.
- En los trabajos de jardinería, cortar el césped y la poda de setos y arbustos,
Es de especial importancia prestar atención a los niños cuando los padres estén realizando alguna de estas tareas, por muy rutinaria que nos pueda parecer, pues el riesgo de accidente siempre existe.
En caso de que se produzca alguna lesión en los ojos, es importante acudir a un servicio de urgencias, aunque en principio no nos parezca grave, pues el excesivo retraso en la correcta atención de alguna de estas lesiones puede traernos importantes complicaciones, incluida la pérdida permanente de visión.