Como dar a un niño un medicamento.

Frecuentemente los profesionales de la salud nos prescriben determinados medicamentos para administrarlos a nuestros hijos, lo que plantea a los padres, sobretodo en las primeras ocasiones, una serie de dudas o problemas que conviene tener resueltas para mayor comodidad de todos.


En primer lugar, cuando el médico nos indica que nuestro hijo debe tomar un medicamento, debemos asegurarnos de 2 puntos importantes:

- Si el médico conoce que el niño esta tomando otros medicamentos.

- Si es alérgico a algún medicamento o presenta determinadas intolerancias.

Una vez aclarados estos dos puntos, los padres deberemos solicitar determinada información sobre el producto prescrito, fundamentalmente:

- El nombre del medicamento y para que sirve.
- La cantidad (dosis) a administrar, cuantas veces al día y las horas del día a las que se debe dar el medicamento y el número de días que se administrará.
- Que dispositivo se medición se va a usar y tener claro su funcionamiento.
- Si el medicamento puede darse con alimentos o no.
- Los efectos secundarios más importantes que pueden aparecer si se toma el medicamento. 

No está de más solicitar al farmacéutico información sobre el sabor del medicamento, pues es bastante frecuente que el niño lo rechace por este motivo. Así mismo, nos podrá informar sobre que producto alimenticio podemos añadir para mejorar o disimular este mal sabor, ya que no todos los alimentos son compatibles con la toma de medicamentos, algunos como la leche o los zumos disminuyen la absorción de estos fármacos en el estomago.

Del mismo modo, es importante almacenar los medicamentos en un lugar alto y fuera del alcance de los niños, guardarlos en lugares frescos y secos, así como comprobar la fecha de caducidad del producto.

Por último, si el niño va a estar al cuidado de diferentes personas durante el tiempo que tome el medicamento, es muy practico para evitar confusiones, llevar un pequeño registro en una hoja de las dosis que ya le han sido administradas a lo largo del día, que deberá apuntar la persona que se la ha administrado, evitando así tanto el saltarse una toma de medicamento, como el duplicarla.