Un reciente estudio ha puesto de manifiesto que los movimientos lentos, armonicos y suaves que ofrece el tai-chi resultan beneficiosos para reducir el dolor y las discapacidad física en personas con osteoartritis severa, sobre todo de rodilla.
El cartílago articular, es el tejido firme y elástico que tiene como misión impedir el roce de los huesos que participan en una articulación, consiguiendo que esta se mueva de forma suave. También absorbe el golpe cuando se ejerce presión sobre ella, como sucede en la rodilla cuando se camina o se corre.
Cuando por diferentes motivos, generalmente el desgaste por envejecimiento, el cartílago disminuye de espesor, deja así de cumplir su misión y permite que los huesos se rocen. Como consecuencia aparecerá una lesión en la articulación que se manifiesta por dolor, hinchazón y rigidez, a la que se denomina osteoartritis.
Para cumplir el objetivo de tratamiento en esta enfermedad, reducir el dolor, mejorar la función y prevenir un daño articular mayor, se sugiere un cambio en estilo de vida a través de un programa de ejercicos físicos personalizados que fortalezcan los músculos relacionados con la articulación afectada.
Recientemente un estudio realizado por investigadores del Centro Médico Tufts de Boston, ha puesto en evidencia que la practica de tai chi mejora tanto el dolor como la funcionalidad de las articulaciones que sufren osteoartritis.
También se ha podido comprobar que mejora la tensión y el equilibrio de las personas que lo realizan, disminuyendo una de las principales complicaciones de esta enfermedad, las caidas y sus desagradables consecuencias.
Se han elaborado programas específicos, con determinados movimientos de esta milenaria arte marcial en dependencia, sobre todo, de la edad y las articulaciones afectadas, mejorando de forma evidente la calidad de vida de las personas que lo practican.