Los cambios más importantes que se producen en la cara como consecuencia de la edad.

Con la edad, la apariencia de la cara y el cuello se va modificando, la pérdida del tono muscular y el adelgazamiento de la piel le dan a la cara una apariencia flácida o caída. En algunas personas, las papadas caídas pueden crear la apariencia de un "doble mentón".

La piel también se deshidrata, perdiendo así la capa subyacente de grasa, de manera que el rostro ya no tiene una superficie lisa y con formas marcadas. La exposición al sol y el tabaquismo probablemente hacen desarrollar este proceso de formación de arrugas más rápidamente. El número y el tamaño de las manchas y puntos oscuros en la cara aumentan también. Estos cambios en la pigmentación se deben en gran parte a la exposición al sol, fundamentalmente a la exposición a los rayos ultravioletas A sin la debida fotoprotección.


Los dientes faltantes y las encías retraídas cambian la apariencia de la boca, esto afecta a la tersura de los labios, que aparentan estar más arrugados. La pérdida de masa ósea en la mandíbula reduce el tamaño de la parte inferior del rostro y hace que la frente, la nariz y la boca sean más pronunciadas. La nariz también se puede alargar un poco.
Las orejas pueden alargarse en algunas personas (probablemente causado por crecimiento de cartílago). Los hombres pueden desarrollar pelo en las orejas que se hace más largo, más grueso y más notorio a medida que envejecen.
Las cejas y las pestañas se vuelven grises. Al igual que en otras partes de la cara, la piel alrededor de los ojos se arruga, creando las pata de gallo, al lado de los ojos.
La grasa de los párpados se deposita en las cuencas de los ojos y puede hacer que éstos se vean hundidos. Los párpados inferiores pueden aflojarse y se pueden desarrollar bolsas bajo los ojos. El debilitamiento del músculo que soporta el párpado superior puede hacer que los párpados se descuelguen, lo cual puede limitar la visión.
La superficie externa del ojo (córnea) puede desarrollar un anillo grisáceo-blanco. La parte coloreada del ojo (iris) pierde su pigmentación, lo que hace que la mayoría de la gente de edad muy avanzada parezca tener ojos grises o azules claros.