Existen numerosas evidencias científicas que indican como el cambio de un estado de vida sedentario a otro más activo mejora la salud. La recomendación de hacer ejercicio es más eficaz si conseguimos ajustarla en duración e intensidad a nuestro estilo de vida.
La introducción de una rutina diaria de ejercicio físico de intensidad moderada debe ajustarse al 60-85% de la frecuencia cardíaca máxima ajustada por edades. Esto se consigue restando a 220 la edad en años. Con esto se sentirá una ligera falta de aliento, notándose también una temperatura corporal más caliente de lo habitual
Aunque algunas persona acudirán a un gimnasio para realizar este tipo de actividad física, otras muchas serán capaces de realizarlo a través de sus actividades diarias, como ir caminando al trabajo o al recoger a los niños del colegio, no utilizar el ascensor,etc..
Con esto conseguiremos unos importantes beneficios para nuestra salud, fundamentalmente porque de este modo reduciremos los riesgos de:
a) Patología coronaria: las personas que hacen ejercicio de forma regular tienen aproximadamente la mitad de riesgo de patología coronaria que aquellos sedentarios. Se recomienda que los niños y adultos aumenten de forma gradual el ejercicio a 30 minutos de intensidad moderada (caminar rápido, ciclismo, natación, jardinería), la mayoría de los días de la semana si no todos.
b) Diabetes: el riesgo de desarrollar diabetes se puede reducir en más de un 50% en aquellas personas que realizan ejercicio de intensidad moderada de forma regular.
c) Osteoporosis: el ejercicio aumenta la densidad osea, incluso en mujeres mayores de 70 años, que son las más vulnerables a padecerla. Debe incluir el soporte de peso, durante al menos 30 minutos diarios. Si se practica al menos 3 días a la semana, la tasa de fracturas disminuye a la mitad.
d) Depresión: existen evidencias científicas que demuestran una mayor incidencia de la depresión entre las personas con un estilo de vida sedentario. El ejercicio tanto a corto como a largo plazo reduce la intensidad de la depresión.
e) Discapacidad en personas mayores: en aquellas personas que realizan ejercicio, las discapacidades se desarrollan mucho más lentamente (a un cuarto de velocidad). Se calcula que los costes por asistencia sanitaria son un 25% menores entre las personas mayores que realizan ejercicio físico, ioncluso en las personas muy mayores.
Por último destacaremos como entre este grupo de personas mayores, la combinación de ejercicio con entrenamiento especifico para el equilibrio, reduce considerablemente el numero de caídas y sus consecuencias.