Las comidas rápidas son sustitutos fáciles y rápidos para la cocina en el hogar, pero casi siempre son ricas en calorías, grasa, azúcar y sal, por lo que conocer la cantidad de estos elementos en las comidas rápidas puede ayudarnos a comer más sano.
Algunos restaurantes aún utilizan aceites vegetales hidrogenados para freír, los cuales contienen grasas trans que aumentan el riesgo de cardiopatía. Afortunadamente, muchos restaurantes actualmente están preparando alimentos usando otros tipos de grasa. Algunos ofrecen opciones con bajas calorías en su lugar.
Incluso con estos cambios, es difícil consumir una alimentación saludable cuando vamos a comer con frecuencia a este tipo de establecimientos. Muchos alimentos aún se preparan con mucha grasa y muchos restaurantes no ofrecen ningún alimento bajo en grasa. Las porciones grandes también facilitan el hecho de comer demasiado. Pocos restaurantes ofrecen muchas frutas y verduras frescas.
Cuando acudamos a uno de estos restaurantes, es importante informarnos acerca de sus alimentos. Muchos restaurantes ofrecen información acerca de sus alimentos de forma muy parecida a las etiquetas de información nutricional en los alimentos que compramos. Si no está publicada en el restaurante, podemos preguntar a un empleado si tienen una copia.
Con la pizza, intentaremos pedirlas la menor cantidad de queso posible y con coberturas bajas en grasa como las verduras. Para eliminar la grasa del queso podemos dar golpecitos ligeros a la pizza con una servilleta de papel para que la absorba.
Si desea una hamburguesa, compre un solo pastelillo de carne simple sin el queso y sin las salsas. Limite la cantidad de patatas fritas que come, una alternativa es sustituirlas por una ensalada como acompañamiento de la hamburguesa. El ketchup contiene muchas calorías por su contenido en azúcar y deberemos limitar la cantidad que consumamos.