Diversas enfermedades pueden afectar al tiroides, produciendo en la mayoría de los casos una alteración en su funcionamiento como productor de hormonas tiroideas tanto por defecto como por exceso, teniendo esto consecuencias en nuestros ojos.
La repercusión en los ojos generalmente es por una afectación de la órbita y se conoce por diversos nombres: exoftalmos endocrino, oftalmopatía tiroidea, orbitopatía tiroidea, oftalmopatía de Graves-Basedow o enfermedad ocular tiroidea.
Los primeros síntomas en los ojos suelen ser leves apareciendo sequedad, enrojecimiento, hinchazón de los párpados, e incapacidad para usar lentes de contacto. Suelen empeorar por la noche y bajo ciertas condiciones, como aire acondicionado, calefacción y en los días de viento.
La inflamación y el edema afectan la órbita y producen retracción de los párpados, aumentando la apertura y desplazando el ojo hacia fuera, dando la apariencia de “mirada de espanto” (exoftalmos).
Cuando los músculos que mueven los ojos se inflaman, pierden motilidad lo que provoca en visión doble (diplopia) y estrabismo.
La prioridad es tratar el tiroides por un endocrinólogo. Se realiza con fármacos y, según la evolución, con radióIogo o cirugía.
Los síntomas oculares más leves se pueden tratar con diversos colirios lubricantes y con gafas de sol para aliviar el deslumbramiento. Por la noche, el uso de pomada ocular, un humidificador de aire y cubrir los párpados para dormir mejoran los síntomas.
En los casos con una afectación orbitaria más importante con alteraciones de la visión y signos clínicos de actividad, se pautaran corticoides (de manera endovenosa) a dosis elevadas durante un corto período de tiempo bajo supervisión médica.
En el tratamiento quirúrgico se puede actuar sobre los párpados mediante cirugía correctora de párpados consistente en reajustarlos a su posición natural. Esta cirugía se realiza en forma ambulatoria y es bien aceptada por la mayoría de pacientes.
Si el problema principal es la diplopía por la inflamación y cicatrización de los músculos que mueven el ojo, se pueden probar correcciones con prismas o reposicionar los músculos mediante cirugía para mejorar la alineación y la visión doble.