Los músculos peroneos laterales, son dos y discurren por la zona externa de nuestras piernas, más concretamente:
- El músculo peroneo lateral largo comienza en la tuberosidad externa de la tibia y en la cabeza del peroné, discurre por la parte externa de este hueso hasta convertirse en un tendón que para por detrás del maleolo externo ( saliente oseo del tobillo ), discurre por la cara plantar del pie hasta finalizar insertandose en la base del 1º metatarsiano y de la 1ª cuña en su cara plantar.
El músculo peroneo lateral corto tiene su inserción superior en el tercio medio de la cara externa del peroné, discurre de forma paralela al anterior hasta convertirse también en un tendón que atraviesa la zona posterior del maleolo externo hasta acabar insertándose en la apófisis estiloides del 5º metatarsiano.
Ambos músculos tienen como funciones más importantes extender el tobillo y llevar el pie hacia afuera (abductor). Ademas el peroneo largo es un importante estabilizador del arco plantar de nuestros pies.
Desde el punto de vista biomecánico y fundamentalmente para las personas que practican running, los músculos peroneos laterales colaboran junto a los gemelos, soleo y tibial posterior en el despegue del pie a la hora de impulsarnos en una zancada, dando también estabilidad al tobillo y al arco plantar del pie.
Las lesiones que pueden aparecer las podemos diferenciar en dos tipos:
- Lesiones por sobreesfuerzo: donde los tendones se inflamaran junto a la vaina sinovial que los envuelve, hablando entonces de tenosinovitis o bien se pueden inflamar solo los tendones sin afectarse la vaina, hablando entonces de tendinitis. En ambos casos existirá un dolor en el tobillo que se irradia hacia la zona externa de la pierna siguiendo el recorrido de los musculos peroneos. Cuando se afecte la vaina que envuelve a los tendones, junto al dolor, aparecerá una tumefacción (hinchazón) sobretodo en la parte posterior del maleolo externo.
El tratamiento esta basado en reposo, aplicación de frío en la zona y la toma de analgésicos y antinflamatorios. Posteriormente la fisioterapia con electroterapia es vital para obtener una óptima recuperación.
Es evidente que junto a una buena rutina de entrenamiento, la elección de una calzado adecuado que de estabilidad a nuestra pisada serán las formas más eficaces de prevenir estas lesiones. Si no se da la importancia que merece a los primeros síntomas de tendinitis, los tendones pueden ir presentando un proceso de degeneración de sus fibras de colágeno perdiendo así su estructura y capacidad de funcionar adecuadamente (tendinosis), cronificándose el proceso. Un estudio biomecánico de la pisada junto con el resto de medidas indicadas anteriormente es lo más indicado en estos casos.
- Lesiones por traumatismos: la lesión más característica en estos casos es la luxación de los tendones, que se salen del canal osteofibroso que los rodea tras un giro brusco o torcedura del pie. La consecuencia es que los tendones se salen de su localización normal detrás de los maleolos produciendo una importante inestabilidad en el tobillo. Además y tras una primera luxacion, estas suelen repetirse sin necesidad de movimientos bruscos ( luxaciones recidivantes ), siendo necesario recurrir a la cirugáa para colocar en su sitio a los tendones.
Desde el punto de vista biomecánico y fundamentalmente para las personas que practican running, los músculos peroneos laterales colaboran junto a los gemelos, soleo y tibial posterior en el despegue del pie a la hora de impulsarnos en una zancada, dando también estabilidad al tobillo y al arco plantar del pie.
Las lesiones que pueden aparecer las podemos diferenciar en dos tipos:
- Lesiones por sobreesfuerzo: donde los tendones se inflamaran junto a la vaina sinovial que los envuelve, hablando entonces de tenosinovitis o bien se pueden inflamar solo los tendones sin afectarse la vaina, hablando entonces de tendinitis. En ambos casos existirá un dolor en el tobillo que se irradia hacia la zona externa de la pierna siguiendo el recorrido de los musculos peroneos. Cuando se afecte la vaina que envuelve a los tendones, junto al dolor, aparecerá una tumefacción (hinchazón) sobretodo en la parte posterior del maleolo externo.
El tratamiento esta basado en reposo, aplicación de frío en la zona y la toma de analgésicos y antinflamatorios. Posteriormente la fisioterapia con electroterapia es vital para obtener una óptima recuperación.
Es evidente que junto a una buena rutina de entrenamiento, la elección de una calzado adecuado que de estabilidad a nuestra pisada serán las formas más eficaces de prevenir estas lesiones. Si no se da la importancia que merece a los primeros síntomas de tendinitis, los tendones pueden ir presentando un proceso de degeneración de sus fibras de colágeno perdiendo así su estructura y capacidad de funcionar adecuadamente (tendinosis), cronificándose el proceso. Un estudio biomecánico de la pisada junto con el resto de medidas indicadas anteriormente es lo más indicado en estos casos.
- Lesiones por traumatismos: la lesión más característica en estos casos es la luxación de los tendones, que se salen del canal osteofibroso que los rodea tras un giro brusco o torcedura del pie. La consecuencia es que los tendones se salen de su localización normal detrás de los maleolos produciendo una importante inestabilidad en el tobillo. Además y tras una primera luxacion, estas suelen repetirse sin necesidad de movimientos bruscos ( luxaciones recidivantes ), siendo necesario recurrir a la cirugáa para colocar en su sitio a los tendones.