La rodilla del corredor.

El roce continuado del tendón de la musculatura ileotibial y el cóndilo externo del fémur es la causa más frecuente de dolor en la parte externa de la rodilla en las personas que practican carreras de fondo. Debido a esto, se denomina a esta lesión, síndrome de la cintilla ileotibial o rodilla del corredor.



Es típica la aparición de dolor en forma gradual a los 10-15 minutos de iniciar la carrera, aumentando su intensidad gradualmente hasta obligar a interrumpir la marcha. Suele empeorar cuesta abajo debido a que el tiempo y la intensidad de rozamiento entre el tendón y el cóndilo femoral es mayor.

Si después de unos días de reposo, aplicación de frío en la zona dolorosa y posterior reintroducción a la carrera de forma gradual, no cede el dolor, se debe acudir al médico para que en primer lugar descarte la posibilidad de que se trate de otra patología de la rodilla, fundamentalmente de una lesión en el menisco externo, y así con el diagnóstico de certeza se establecerá una pauta de crioterapia (frío), antiinflamatorios e incluso si se cree necesario una infiltración de corticoides en la zona afectada.

Todo esto deberá ir acompañado de una tabla de ejercicios para potenciar la musculatura abductora de la cadera (sobretodo glúteo medio y tensor de la fascia lata) que suele dar en la gran mayoría de los casos un resultado positivo permitiendo en un tiempo no demasiado prolongado superar los inconvenientes que esta lesión tiene para nuestra actividad física.


Hay que mencionar que existe un pequeño grupo de deportistas con esta lesión, que al no obtener una respuesta satisfactoria con el tratamiento médico, deberán someterse a una intervención quirúrgica no demasiado complicada y que en general tiene excelentes resultados.