Aunque en principio es una lesión benigna, fruto de la excesiva exposición al sol, el 5% de las queratosis solares pueden degenerar en un cáncer de piel.
La excesiva exposición al sol sin las debidas medidas de fotoprotección pueden provocar diversas lesiones en nuestra piel, una de las más frecuentes es la queratosis solar o actínica, que en un pricipio se manifiesta como una pequeña zona sobreelevada y áspera de la piel.
Existen un grupo de personas que tienen un mayor riesgo de padecerla debido a sus características personales, como:
- Tener la piel blanca, ojos claros y pelo rubio.
- Personas que toman medicamentos que inhiben (frenan) el sistema inmunitario, como los corticoides o los fármacos que toman las personas que han sido sometidas a un transplante.
- Las personas de edad avanzada.
De forma más frecuente las lesiones se localizan en cara, cuero cabelludo, pecho, dorso de la mano, pudiendo aparecer, aunque de forma menos frecuente que las anteriores, en cualquier otra zona de la piel expuesta al sol.
En un principio aparecerá una lesión sobreelevada de unos 2,5 cm. de aspecto áspero y con escamas en su parte superior en forma de costra blanquecina. El color puede variar desde rosa, rojo hasta marrón y la sensación que provoca es de escozor o quemazón.
En general las queratosis actínicas se resuelven por si solas, evidentemente evitando la exposición al sol de las zonas afectadas y teniendo en cuenta que una vez curadas si las volvemos a poner al sol la lesión se reproducirá con una alta frecuencia.
Además deberemos tener presente que aproximadamente un 5% de esta lesiones pueden degenerar en un tipo de cáncer de piel denominado carcinoma cutáneo de células escamosas. Deberemos acudir a un dermatólogo si vemos que la lesión persiste, crece o sangra, o bien si la sensación del ardor o quemazón aumenta de intensidad o se vuelva dolorosa.
El uso de prendas de vestir que nos protejan del sol a la hora de salir a la calle en verano como los sombreros, camisetas, y otras, evitar la exposición al sol al mediodía, recordando también que los primeros días del verano son los de mayor intensidad de las radiaciones solares; es sin duda el correcto uso de CREMA DE PROTECCIÓN SOLAR DE ALTA CALIDAD
que nos proporcione una adecuada protección frente a los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB) la medida preventiva que más nos ayudará.
El factor de protección solar (FPS) de estas cremas variará desde 15 a 50 en dependencia de las carcterísticas de nuestra piel, la edad, las horas del día en que nos exponemos al sol, si tomamos algún medicamento inmunosupresor y otras. Deberemos realizar una primera aplicación unos 30 mínutos antes de exponernos al sol y repetir su aplicación varias veces.
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Bibliografía
Habif TP, ed. Clinical Dermatology. 5th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Mosby; 2009: 812-818.
Bibliografía
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Soyer PH, Rigel DS, Wurm E MT, Bolognia JL, Jorizzo JL, Schaffer JV, et al, eds. Dermatology. 3rd ed. Philadelphia, PA: Elsevier Mosby; 2012:chap 108.