Fenómeno de Raynaud.

El fenómeno de Raynaud se debe a una contracción transitoria de los vasos sanguíneos y la consiguiente falta de oxigeno  de las extremidades, generalmente como respuesta al frío o a estímulos emocionales que producen un cambio de color en 3 fases que va del blanco, al azul y finalmente al rojo sobretodo en manos y pies. 








Entre el 5-10% de los hombres y el 20% de las mujeres relatan síntomas relacionados con el fenómeno de Raynaud y junto a las causas antes mencionadas puede ser también producido por una enfermedad secundaria, fundamentalmente por enfermedades del tejido conjuntivo como la esclerodermia.

Los personas que lo padecen describen cambios intermitentes del color de la piel sobre todo en manos y pies, aunque también se puede manifestar en nariz, orejas y mejillas. Apareciendo:

- Blanco: debido a la contracción de los vasos sanguíneos provocada por el frío o estrés emocional.

- Azul: por la falta de aporte de oxigeno en los tejidos irrigados por la arteria contraída (hipoxia tisular).

- Rojo: se produce cuando el vaso sanguineo deja de estar contraído y la sangre vuelve a llegar a los tejidos afectados (reperfusión).

En los dos primeros colores, los pacientes relatan sensación de opresión y con el último sensación de quemazón.

Para su tratamiento el primer objetivo es diferenciar si se trata de un fenómeno de Raynaud  primario (por frío o estrés emocional) o secundario a una enfermedad subyacente. Para ello el médico realizará una historia clínica donde pregunta sobre otros posibles síntomas acompañantes, como ulceras, migrañas, maladigestión, etc.. y también sobre determinados medicamentos que podamos estar tomando (betabloqueantes, estrógenos, derivados de la ergotamina, etc.) Junto a ello realiza una exploración y  una analítica para detectar posibles enfermedades secundarias.

El tratamiento no farmacológico estará destinado a disminuir la exposición a los factores desencadenantes. La intensidad y frecuencia de los ataques pueden reducirse evitando el cambio brusco de temperatura ambiental o usando calentadores de manos y pies.

Realizar ejercicios como rotar los brazos en aspas de molino o colocar las manos y pies en agua tibia son medidas que facilitan la dilatación de los vasos  contraídos en esta enfermedad. Otras técnicas encaminadas a la relajación y disminución del estrés emocional pueden ser beneficiosas.

Existen estudios científicos que demuestran la efectividad del ginko biloba para reducir la frecuencia de los ataques hasta en un 50%.