La retina es la parte del ojo encargada de captar los estímulos lumínicos que le llegan y transformarlos en estímulos eléctricos para así a través de la vía óptica enviarlos al cerebro. Para poder realizar esta importante función, la retina esta formada por diferentes tipos de celulas, entre las que destacan por su importancia los conos y los bastones.
Los conos son los encargados de percibir los colores, existiendo tres tipos los sensibles a la luz roja, a la azul y a la verde. Los bastones son los encargados de la visión en situaciones de baja lumnisidad donde la intensidad de colores es mucho menor. En total la retina de un ojo humano contiene unos 6,5 millones de conos y 120 millones de bastones.
La zona mas central de la retina existe una pequeña depresión donde exclusivamente existen los conos, esta zona se denomina fóvea. Alrededor de la fóvea existe un pequeño anillo amarillento debido a la presencia de un pigmento llamado luteína. Al conjunto de la fóvea y el anillo luteíco que lo rodea se le denomina mácula lútea o simplemente mácula.
La mácula al ser la zona de máxima visión de la retina, es la encargada de percibir los detalles más importantes de la imagen y es básica para infinidad de tareas en nuestra vida cotidiana como leer, conducir, coser, ver televisión, etc..
A partir de los 50 años esta zona de nuestro ojo puede empezar a lesionarse, apareciendo de este modo la enfermedad denominada degeración mácular que es la causa mas importante de perdida severa de la visión en el mundo occidental en personas mayores de 60 años, afectandpo en España a unas 300.000 personas. Existen dos tipos de degeneración mácular, la seca o atrófica, que constituye el 85% de los casos, siendo de evolución lenta y la húmeda o exudativa cuya evolución es mucho más rápida.
Los primeros síntomas de esta enfermedad suelen ser la necesidad de una mayor cantidad de luz para leer, visión borrosa en la parte central de la imagen y la percepción de ondulaciones o deformaciones en la imagen. Una sencilla forma de examinar nuestra visión y detectar esta enfermedad es el denominado test de la rejilla de Amsler, consistente en una cuadrícula como la de la imagen, con un punto central donde fijaremos la mirada a una distancia de 30-40 centímetros, tapándonos alternativamente cada ojo sin presionarlos. Si las lineas de la cuadricula no se ven simétricas, sino que se perciben onduladas, torcidas o borrosas en algún punto, lo más aconsejable será acudir a un oftalmólogo para profundizar mediante diversas pruebas en el estudio de nuestra mácula.
Afortunadamente los últimos avances médicos en este terreno han mejorada de forma muy importante el pronostico de esta enfermedad, lográndose estabilizar e incluso en algunos casos mejorar la evolución de esta patología. También diferentes estudios clínicos han demostrado la influencia de diferentes factores en el origen de la degeneración mácular. Dejando a un lado los factores genéticos o hereditarios sobre los que poco podemos hacer, si que existen otros factores sobre los que podemos actuar con el fin de prevenir esta enfermedad.
Es de destacar un estudio publicado en la revista Archives of Opthalmology segun el cual las personas mayores de 50 años que habían tomado al menos dos raciones a la semana de pescados ricos en acidos grasos omega 3 ( salmón, sardina, atún y trucha ) disminuyen en un 40% el riesgo de padecer degenaración macular.
También se ha podido relacionar la ingesta habitual de alimentos ricos en vitamina C ( cítricos, fresas, kiwis, pimientos o perejil ), en vitamina E ( aceite de oliva y girasol junto con los frutos secos ) y en alimentos que contengan carotinoides de luteína y zeaxantina ( espinacas, yema de huevo, brócoli y maíz ) así como el zinc de las carnes rojas, con una disminución en el riesgo de padecer degeneración macular. Existiendo en el mercado productos que nos pueden ayudar a complementar estas necesidades nutricionales en el caso de que con nuestra dieta no podamos alcanzar los mínimos requeridos.
Es de destacar un estudio publicado en la revista Archives of Opthalmology segun el cual las personas mayores de 50 años que habían tomado al menos dos raciones a la semana de pescados ricos en acidos grasos omega 3 ( salmón, sardina, atún y trucha ) disminuyen en un 40% el riesgo de padecer degenaración macular.
También se ha podido relacionar la ingesta habitual de alimentos ricos en vitamina C ( cítricos, fresas, kiwis, pimientos o perejil ), en vitamina E ( aceite de oliva y girasol junto con los frutos secos ) y en alimentos que contengan carotinoides de luteína y zeaxantina ( espinacas, yema de huevo, brócoli y maíz ) así como el zinc de las carnes rojas, con una disminución en el riesgo de padecer degeneración macular. Existiendo en el mercado productos que nos pueden ayudar a complementar estas necesidades nutricionales en el caso de que con nuestra dieta no podamos alcanzar los mínimos requeridos.